martes, 4 de octubre de 2011

Alba

Bien no sé porqué, y ¿por qué debería? Las emociones son así, vienen y se quedan, hasta que uno les de salida.

Esta mañana escuché una parte de esta canción y la anduve pensando todo el día hasta que viniera a parar (o a seguir) en el blog.



Alba - Diego Torres

No sé por qué su llegada al mundo fue así
Le costó salir
No sé por qué, él se sintió el hombre más feliz
Ya estaba aquí
Y no olvidará aquel olor a vida en su piel
Nada más que hacer
Pudo entender lo que era un pedazo de su ser
Tan igual a él.

El sol le doró la piel para que morena fuera
Y una palmada se oyó el canto de una sirena

No sé por qué dos estrellas bajaron para rizar su pelo
No sé por qué dos cometas se convirtieron en sus ojos negros
Tan bonita, tan morena, tan gitana como era
La flor que siempre quiso en su jardín.(4)

No sé por qué su llegada al mundo fue así
Le costó salir
No sé por qué, él se sintió el hombre más feliz
Ya estaba aquí

Tan bonita, tan morena, tan gitana como era
La flor que siempre quiso en su jardín
La flor que siempre quiso en su jardín
La flor que siempre quiso…

El sol le doró la piel para que morena fuera
Y una palmada se oyó el canto de una sirena

Tan bonita, tan morena, tan gitana como era
La flor que siempre quiso en su jardín(3)
La flor que siempre quiso…

jueves, 22 de septiembre de 2011

Canción del Jardinero

Han cambiado las canciones pero no los sentimientos ni las emociones. Es más, las nuevas canciones ayudan a que crezcan el amor y el cariño, que la felicidad y las sonrisas se multipliquen.

Por allí teníamos un mp3 con versiones de grandes éxitos de María Elena Walsh. ¿Qué decir de ella que no se haya dicho ya?

Esta canción se nos ha hecho como un himno. Las frases del comienzo y la del final, son una definición perfecta de los tiempos que vivimos. Por fortuna, por amor, por emoción.



Mírenme, soy feliz
entre las hojas que cantan
cuando atraviesa el jardín
el viento en monopatín.

Cuando voy a dormir
cierro los ojos y sueño
con el color de un país
florecido para mí.

Yo no soy un bailarín
porque me gusta quedarme
quieto en la tierra
sentir que mis pies tienen raíz.

Una vez estudié
en un librito de yuyo
cosas que solo yo sé
y que nunca olvidaré.

Aprendí que una nuez
es arrugada y viejita
pero que puede ofrecer
mucha, mucha, mucha miel.

Del jardín duende fiel
cuando una flor está triste
la pinto con un pincel
y le toco el cascabel.

Soy guardián y doctor
de una pandilla de flores
que juegan al dominó
y después les da la tos.

Por aquí anda Dios
con regadera de lluvia
o disfrazado de sola
asomado a su balcón

Yo no soy un gran señor,
pero en mi cielo de tierra
cuido el tesoro mejor:
mucho, mucho, mucho amor.