Han cambiado las canciones pero no los sentimientos ni las emociones. Es más, las nuevas canciones ayudan a que crezcan el amor y el cariño, que la felicidad y las sonrisas se multipliquen.
Por allí teníamos un mp3 con versiones de grandes éxitos de María Elena Walsh. ¿Qué decir de ella que no se haya dicho ya?
Esta canción se nos ha hecho como un himno. Las frases del comienzo y la del final, son una definición perfecta de los tiempos que vivimos. Por fortuna, por amor, por emoción.
Mírenme, soy feliz
entre las hojas que cantan
cuando atraviesa el jardín
el viento en monopatín.
Cuando voy a dormir
cierro los ojos y sueño
con el color de un país
florecido para mí.
Yo no soy un bailarín
porque me gusta quedarme
quieto en la tierra
sentir que mis pies tienen raíz.
Una vez estudié
en un librito de yuyo
cosas que solo yo sé
y que nunca olvidaré.
Aprendí que una nuez
es arrugada y viejita
pero que puede ofrecer
mucha, mucha, mucha miel.
Del jardín duende fiel
cuando una flor está triste
la pinto con un pincel
y le toco el cascabel.
Soy guardián y doctor
de una pandilla de flores
que juegan al dominó
y después les da la tos.
Por aquí anda Dios
con regadera de lluvia
o disfrazado de sola
asomado a su balcón
Yo no soy un gran señor,
pero en mi cielo de tierra
cuido el tesoro mejor:
mucho, mucho, mucho amor.
jueves, 22 de septiembre de 2011
Canción del Jardinero
Publicado por Gabriel en 22:51
Etiquetas: infantiles -no tanto-
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario