domingo, 21 de octubre de 2007

Essa Mulher

Somos, en esencia, la proyección de nuestros padres. Ellos son los mentores de nuestra vida, encargados de la piedra fundacional y principal sobra que la iremos edificando el resto de nuestras relaciones, amores, odios, convicciones y demás avatares que hacen al ser humano.

De tanto en tanto, las rutas de nuestras realidades pueden conducirnos hacia sitios equivocados y menos felices. Son ellos, los padres, que aconsejan e intentan dar el golpe de timón, para encausarnos por el afluente pertinente.

Somos vida presente de un sueño del pasado, de un amor eterno amarrado con lazos fuertes que no sucumbe ni al paso del tiempo, ni al dolor más grande que es la muerte. Y esos lazos nos contienen, y demarcan un camino, el camino.

Hoy es el día de las madres en la Argentina, motivo por el cual mis emociones lloran lágrimas de recuerdo, de impotencia, de felicidad. Porque me abrazan esos lazos, porque tengo una guía y porque desde hace un tiempo intento recodar con una sonrisa. No es nada fácil, tampoco prentendo que lo sea.

Elis Regina es una de las voces del Brasil más amadas y consensuadas de gran figura. El lazo y la proyección no podía estar mejor representado en una canción de ella, bellamente interpretada por su hija.

Como regalo del día de las madres, para mi mamá y para todas las madres del mundo, incluidas esas mujeres que fervientemente desean ser madres, porque con ellas comparto la espera del deseado milagro.

Como regalo decía, en voz de Maria Rita, Essa Mulher, de Elis Regina.



Essa Mulher - Elis Regina

De manhã cedo, essa senhora se conforma
Bota a mesa, tira o pó, lava a roupa, seca os olhos
Ah. como essa santa não se esquece de pedir pelas
mulheres
Pelos filhos, pelo pão
Depois sorri, meio sem graça
E abraça aquele homem, aquele mundo
Que a faz, assim, feliz
De tardezinha, essa menina se namora
Se enfeita, se decora, sabe tudo, não faz mal
Ah, como essa coisa é tão bonita
Ser cantora, ser artista
Isso tudo é muito bom
E chora tanto de prazer e de agonia
De algum dia, qualquer dia
Entender de ser feliz
De madrugada, essa mulher faz tanto estrago
Tira a roupa, faz a cama, vira a mesa, seca o bar
Ah, como essa louca se esquece
Quanto os homens enlouquece
Nessa boca, nesse chão
Depois, parece que acha graça
E agradece ao destino aquilo tudo
Que a faz tão infeliz
Essa menina, essa mulher, essa senhora
Em que esbarro toda hora
No espelho casual
É feita de sombra e tanta luz
De tanta lama e tanta cruz
Que acha tudo natural.

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